Emocionalmente: Sincroniza cuerpo/mente/corazón, la sensación de estar divididos  a la hora de tomar acción desaparece, comenzamos a actuar en sincronicidad con quien somos en esencia y con lo que verdaderamente queremos. Nos ayuda a romper patrones que no nos pertenecen desde el acogimiento y comprensión.

Energéticamente: Nos sincroniza con los ritmos del Universo y la energía disponible en el momento vital que nos encontramos. Nos enraíza, aporta valor y seguridad para realizar nuestro camino. Útil en meditación y en personas que están trabajando en exceso su parte espiritual y energética dejando de lado su parte más material y física.

Físicamente: Equilibra la energía Yin -Yang / Masculina- Femenina en nuestro organismo. Suaviza el temperamento y ayuda a conciliar el sueño. Muy útil en caso de insomnio, nerviosismo y agitación.